Llega año nuevo y todos estamos como locos!
Igual no tengo ganas de hacer un balance de fin de año, simplemente fue un año más, con pocos sobresaltos, sin cosas muy buenas, y sí algunas muy malas, pero en lo más importante todo está dentro de lo normal.
Se fue un ser muy querido, otro se fue y volvió!! no empecé ningún noviazgo, no me ascendieron en el trabajo, sigo viendo muy poco a mi familia.
Creo que lo más importante que rescato de este año fue que hace exactamente 365 días pensaba en que enfrente mío tenía el desafío más grande de todos: empezar la licenciatura de Relaciones Internacionales.
La carrera que siempre creí que era la indicada, por la que tantas cosas dejé de lado, la razón por la que hoy estoy acá, sin ver crecer a mi hermana, sin estar al lado de mi mamá en momentos difíciles, sin compartir los partidos de River con mi viejo. Y hoy entiendo, pese a que sólo completé el 20% del primer año, que fue un éxito. Que era lo que esperaba. Que superé lo que más me preocupaba, si me iba a gustar, si me iba a adaptar, cómo serían mis futuros compañeros, todo resultó bien. Sólo fallé al principio en la adaptación. Laburar 9 horas, mantener la casa solo, estar lejos de mi familia y ademas ir todos los dias a la facu y estar a la altura, era un reto difícil. Bah, eso me gusta creer al menos.
Me acuerdo que era Septiembre y me di cuenta que cada vez que tenía que ir para allá me aparecía una sonrisa. Realmente lo disfrutaba, sentía que era hacer lo que me gusta y acompañado de un grupo de amigos. Gente muy parecida a mí y hasta alguien de quien me enamoré. Todo iba perfecto hasta que derrepente terminó el año, y hoy me di cuenta que realmente que extraño mucho todo eso. Era el cable a tierra, era lo que me daba la alegría de cada día.
Tengo decidido bajar mi atención en todo lo demás y dedicarme este año de lleno a la carrera. A disfrutarla, a sentir que estudio como quiero y no como puedo.
Pero inevitablemente aparece algo más. Otra cosa a lo que quiero dedicar el año.
La posibilidad real que tengo de cumplir el sueño que me desvela desde mi infancia. De hacer ese viaje que siento que es mucho más que un viaje. Son 25.000 kilómetros que me van a llenar el espíritu, me van a demostrar que puedo llegar a esas cosas imposibles. Va a ser estar ahí, llenarme de magia, de energía, hasta creo que es indispensable para continuar el otro viaje, el de la carrera, el de la solitareidad, el de los sacrificios.
Aunque ahora encima cueste un poco más, quiero hacer ese último esfuerzo, quiero demostrar a todos y a mí mismo que puedo superarme o, como últimamente pasa, morir en el intento.
1 comment:
Querido mío, no sabés cuánto te deseo que puedas hacer realidad ese sueño del viaje y ese proyecto concreto de la Universidad. Creo que ambos te van a hacer muy, muy bien, cada uno en su forma y medida. Luv ya!
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