La influencia de Tim Burton en el cine es tal, que al ver Alice In Wonderland uno siente que es más de lo mismo, que ya lo vio antes. Todo un arte desparramado en la pantalla, que no hace falta pensar en quién está detrás de todo esto. Pero el mismo Burton es culpable y a la vez víctima de la sensación que dejó su última obra. Es él quien prácticamente popularizó este género oscruo-fantástico que empezó en A Nitghtmare Before Christmas, y que desde Ed Wood para acá tuvo a Johnny Depp como protagonista en 6 pelúclas, por lo que hay algo que ya le pide un cambio...
Otro problema se compró cuando intentó contar una historia épica y con más luces que sombras, en Big Fish, su última gran obra, ya que la ejecutó a la perfección y demostró que puede ser más interesante verlo en éste tipo de películas que en sus pantanosos personajes adolescentes.
Desde acá, sentado en mi sillón, le pido que cambie esto último que pasó con Charlie.. o Alice.. películas excesivamente promocionadas para chicos, que las encuentran aburridas o burdas, mientras que los adultos esperamos ver una revolución en nuestros sentidos y sin embargo nos quedamos con 2 horas larguísimas de efectos especiales y colores que adornan una historia cuanto menos plana.
Muy lejos queda Edward Scissorhands, cuando parecia que el joven Burton podía agarrar cualquier historia y hacerla parecer salida de Alice in Wonderland, y aquí la decepción cuando por fin tuvo la obra cumbre de la fantasía entre sus manos y no supo potenciarse.
Por mi parte le pido a Tim que despierte de su pesadilla y nos regale una navidad, aunque no sé si es justo pedirselo a él.
No comments:
Post a Comment